martes, 25 de diciembre de 2012

Dulce de tomates


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Me encantaria decir que aprendi esta receta de mi abuela, y en parte podria ser cierto. La cronologia indica que eso es imposible, pero lo de la cronologia no es lo mio. Hoy, mientras pelaba los tomates, los miraba y los sentia y recordaba a mi viejo con toda la familia pelando fruta madura (que es la mejor para los dulces) que nos contaba de su infancia, y de su madre (mi abuela). Todos amabamos esos dulces, que habian pasado por la mano de todos nosotros, de otra gente mas que nunca hemos conocido, y por el alma de mi abuela con seguridad. Los guardabamos en frascos super esterilizados que cerrabamos al vacio, aprovechando la diferencia de temperaturas, y los comiamos todo el anio... Es rarisimo poner una receta de algo que no tiene receta realmente. Y mas que ser un capricho, es que realmente depende todo de la fruta. Hay gente que dice que hay que poner el mismo peso de pulpa de frutas que de azucar, hay quienes dicen que mitad del peso de azucar. Hay quienes no dicen nada. Yo les cuento todo lo que yo miro para que se animen a probar. Hay pocos alimentos en los que se note tanto la mano de quien/es lo prepara/n. Mi abuela iba a juntar la fruta que tiraban en el mercado... esa que no podian vender porque estaba pasada. Hoy te la venden igual, pero esa es realmente la mejor fruta para dulce. La que no sabes por donde cortarla porque se desarma. Yo pelo los tomates super facil. Pongo una cacerola con agua ebulliendo, y pincho los tomates en tres o cuatro lugares diferentes. Los tiro un minuto apenas en ese agua, y cuando la piel se raja desde los pinchazos, los saco rapidito y los pongo en un bowl con agua fria. Cuando pase todos los tomates por las dos aguas, los agarro y los pelo. Ni bien termino, los voy desarmando con las manos, desechando las partes del cabito y las durezas. Les pongo azucar integral de a cucharadas, mientras van soltando el jugo. Queda una sopa de pulpa y semillas con el jugo que van largando. Pongo azucar y lo voy probando. Prefiero quedarme corta con el azucar, de ultimas despues le agrego. Los dejo maserando unas cuantas horas. Finalmente, pongo una cacerola (la mia es de acero inoxidable, pero la de mi abuela era de aluminio, y hay quienes lo preparan en cobre) sobre un difusor (el de mi abuela era un disco de amianto que ya no se vende, el mio es de aluminio) prendo el fuego mas chico que tengo en minimisimo, y tengo mucha paciencia. Cada tanto lo mezclo con una cuchara de madera. Lo pruebo a medida que se va reduciendo en volumen y se va espesando. Si le falta azucar le agrego de a cucharadas, para no pasarme. Si sube mucho la temperatura, lo apago un ratito y lo mezclo... lo dejo siempre destapado excepto cuando esta frio. Queda riquisimo, y si lo guardo bien, tengo dulces para todo el anio.

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